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Ayer tuve el gusto de terminar de leer este libro de Marian Horosko sobre la evolución de la teoría y técnica dancísticas de Martha Graham. Ha resultado toda una delicia. Es probable que lo más interesante de este libro, sea la manera en la que está armado, ya que se trata de una compilación de entrevistas con alumnos y colaboradores de Martha Graham. Es cierto que no hay mejor manera de conocer a alguien, que a través de la marca que ha dejado en las personas a su alrededor. Al parecer, Martha era una experta en cambiar las vidas de aquellos que la rodeaban.

El libro nos ofrece, de por sí, una introducción que lejos de ser una simple biografía, nos adentra en el mundo de Martha, cómo era su vida familiar, de dónde surgió su interés por la danza y la relación que ella encontró entre el movimiento y la psicología, profesión que su padre desarrollaba. La famosa frase “el movimiento no miente” adquiere todo un nuevo sentido cuando se aprecia desde el punto de vista de un psicólogo que acostumbraba analizar el lenguaje corporal de sus pacientes y lo que comunicaban sin la intención de hacerlo. Es increíble el giro que su hija le dio a esta práctica, y cómo de este sencillo precepto, nació lo que hoy conocemos como danza contemporánea.

Desde sus inicios en la Escuela Denishawn, el arranque de la Escuela Graham en un pequeño estudio en Nueva York, hasta el esplendor de la Compañía de Martha Graham, el libro nos lleva de la mano por el surgimiento de la técnica, los principios de contracción, release y espiral, y cómo diferentes alumnos en diferentes épocas tuvieron contacto con la técnica Graham. La manera en la que a través de los años los alumnos percibían cosas tan diferentes de cada clase, nos ilustra sobre cómo Martha era una constante aprendiz del mundo que la rodeaba, y cómo todo lo incorporaba a su técnica. La clase de Graham era un ser vivo que respiraba con su creadora, se enriquecía de sus experiencias, de cada alumno que pasaba por la clase, de cada nuevo maestro y cada nueva coreografía creada, de los diferentes aspectos de la sexualidad con el paso de los años, de las relaciones interpersonales y hasta de otras técnicas. Nunca permaneció este código intacto, sino que fue evolucionando a la par que Martha. Es un proceso sumamente rico que sólo se puede entender bien a través de las experiencias de quienes tuvieron un contacto directo con él.

Otro importantísimo punto sobre este texto tan singular, es la impresión que Martha dejaba en las personas. De pronto parece que sus alumnos se refieren a ella como una deidad, los niveles de energía y vitalidad que se expresan sobre sus danzas son en ocasiones difíciles de creer, pero deben de ser ciertos, no en vano se ha inmortalizado su nombre. Así, músicos, bailarines, actores, amigos, amantes, todos comparten su punto de vista sobre esta especial persona, y se puede conjuntar todo en que Martha era pasión pura por la danza; lo estricto y a la vez motivante de sus clases, su manera de crear y de sentir, el proceso de coreografiar y recoregrafiar constantemente las cosas, el crecimiento, el cambio, lo efímero y lo alternante. De pronto nos encontramos sumidos en una vorágine de emociones y recuentos de experiencias de vida realmente increíbles. Para la mayoría de estas personas, existe el “antes y después de Martha” como punto de cambio en sus vidas.

No quisiera delatar todo lo que se contiene en este libro, ya que leerlo es una experiencia   única. Cabe señalar nada más que es un libro que se disfruta en intimidad, como si se trata de una charla con un amigo cercano, acompañado tal vez de un buen café y posiblemente con el cobijo de una noche lluviosa. Es como una conversación de esas que duran toda la noche, y que no quieres que se termine, se desdobla así, página con página, año con año de esta fabulosa vida. Una lectura que como su creadora, deja huella.

Felices pasos 🙂

Guillermo Flores es director, coreógrafo y profesor en Artium Dance Center.